Me fascina la sencillez de la producción del sonido en viento metal. Solo necesitas aire en movimiento que provoque la vibración en los labios y hacerla resonar en el instrumento. Todo el esfuerzo extra sobra. Sin embargo, me llama la atención la capacidad de la articulación para sabotearnos, en concreto el staccato. Vamos a ver qué sucede y con qué herramientas podemos trabajar.
Articular la música como un idioma
Buscando información sobre el staccato, me he dado cuenta de desconocía muchas cosas de la lengua. Parece ser que tenemos una huella lingual, que sería única en cada ser humano y se podría ser más seguro que la huella dactilar (detalle). ¿Quizás será por esto que cada persona tiene su articulación propia e inconfundible?
Además, la lengua no es músculo, sino un órgano formado por entre 8 y 17 músculos (según la clasificación), cuyas principales funciones son la masticación, tragado, respiración y comunicación. Además, parece que es son nuestro músculo órgano más fuerte (artículo). En esta función comunicativa se encuentra la habilidad de articular las frases musicales en instrumentos de viento y cantantes.
Por tanto, viendo la lengua como instrumento de articulación de un discurso, entendemos mejor toda la cantidad de matices que se pueden crear a partir de ésta. Por eso, aunque encontremos ayuda a través de la comparación con un idioma, siempre será inexacta. La articulación es inseparable del estilo, por lo que entender el contexto es una buena opción para mejorarla. Y eso incluye escuchar mucha música.
Entendiendo el staccato
Teniendo en cuenta la importancia del estilo, no podemos olvidar importancia de la columna de aire. Sobre ella se construyen tanto el sonido, como el fraseo, la afinación y la articulación. El staccato, por su intrínseca corta duración, ha supuesto grandes quebraderos de cabeza tanto a intérpretes como a profesores.
Brian Frederiksen nos cuenta en Song and Wind la opinión de Arnold Jacobs al respecto: “Staccato no significa notas cortas, sino sonido corto con vibración de labios corta”. Se refiere a que no hay que sacrificar el sonido, y añade que debería de sonar (en inglés) tOOt en vez de TooT, enfatizando la importancia del cuerpo de las notas. Además, compara el sonido del staccato con el pan: “las notas staccato son como una rebanada de pan. El pan se puede cortar a cualquier grosor, pero los ingredientes son los mismos. El staccato la misma calidad que las notas largas”.
Las notas staccato son como una rebanada de pan. El pan se puede cortar a cualquier grosor, pero los ingredientes son los mismos. Arnold Jacobs Clic para tuitearLa explicación de Philipp Farkas es muy similar a la de Jacobs: staccato sólo significa corto y, por tanto, no se articula diferente el inicio de la nota. El problema de concepto está en que las notas largas también tienen que estar articuladas con claridad. La solución de Farkas para las notas muy cortas es intentar evitar el (en inglés) toot, buscando en su lugar tooh o tuh. Es decir, tocar las notas cortas sin cortarlas con la lengua.
Por su parte, Kristian Steenstrup comenta la articulación, el staccato y los problemas derivados para la columna del aire en varios apartados de sus dos libros. En la misma línea que Jacobs, Steenstrup explica en su libro Teaching Brass que forzar la articulación puede activar la maniobra de Valsalva, por lo que sugiere pensar tO en lugar de To.
La ilusión de staccato
La mejor solución a la ejecución del staccato que, aunque proviene de Vincent Cichowicz, he encontrado ha sido en el libro Blow Your Mind de Kristian Steenstrup. ¿Y si el staccato no consistiera en tocar más corto, sino en acabar más piano? ¿Podría la articulación deformar tanto una “nota larga” como para percibir notas diferentes?
Como decía Farkas, en el staccato lento hay que separar las notas. Sin embargo, cuando el staccato es rápido, solamente disminuyendo la intensidad de las notas después de la emisión hará que se perciban como notas diferentes. En realidad, hay un pequeño espacio de sonido entre las notas, pero el contraste dinámico engaña nuestra percepción, escuchando notas separadas. Se produce la ilusión de staccato.
Pero la facilidad no es la única ventaja de entender este efecto. La resistencia suele ser un problema en este tipo de pasajes, pero se podrá gestionar mucho mejor al incluir las notas cortas en la columna de aire. Otra de las consecuencias de este efecto es que, dependiendo de la claridad de la articulación, las notas sonarán más largas o más cortas. En otras palabras, si la articulación es D, sonará tenuto; mientras que si mantienes la T, sonará staccato.
Conclusiones
En definitiva, la producción de sonido en viento metal no debería de suponer grandes problemas en sí misma. Sin embargo, la articulación nos suele crear problemas adicionales como, por ejemplo, tensiones. La mayoría de estos problemas se pueden solucionar simplemente pensando en la articulación como un idioma. Algunos también se pueden atajar desde la parte técnica. Un ejemplo es el staccato, que se puede mejorar pensando en tocar las notas cortas, pero siempre sin pararlas con la lengua. La ilusión de staccato es una imagen mental que nos ayuda a entender que las notas suenan separadas, pero están ligeramente conectadas entre sí por la columna de aire.
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