Prácticamente cualquiera que sepa algo de música te dirá que Joseph Haydn fue un músico muy relevante. A los trompetistas, quizás, nos llama un poco más la atención. Cualquiera de nosotros sabe que dominar su concierto para trompeta es un pasaporte directo a casi cualquier orquesta… o al menos a la segunda ronda de la mayoría de pruebas. Sin embargo, a pesar de su sencillez, nos frustramos cuando no nos sale como queremos. Entonces nos preguntamos ¿por qué no me sale? ¿Y por qué piden Haydn en las pruebas?
¿Quién era Haydn?
Para entender el concierto, debemos conocer un poco a Haydn. Fue un compositor muy inusual ya que, debido a su longevidad, obtuvo una formación de coro barroca, desarrolló el estilo clásico y llegó a conocer el principio del Romanticismo. Pocos músicos anteriores a él lograron tan gran trayectoria y reconocimiento en vida.
Antes de ser famoso, la vida de Haydn ya era muy peculiar. Nació en 1732 en una familia humilde, pero melómana, que lo acostumbró a disfrutar cantando canciones populares. Sus padres, al ver el potencial del niño, lo llevaron a estudiar música con J. M. Frankh, un familiar que vivía en Heinburg (Austria). Pasó hambre y pobreza, pero empezó a tocar el violín y el clavecín.
Un buen día, G. v. Reutter lo escuchó cantar como tiple, cosa que hacía a menudo. Así que este importante maestro de capilla se lo llevó a la Catedral de San Esteban en Viena. Durante su estancia en el Coro de Niños Cantores, vivía en casa de Reutter, que pasó a ser su maestro, mientras buscaba trabajos de freelance. pero pronto le cambió la voz y tuvo la suerte de ser despedido. Después de pasar algunas penurias por Viena y gracias a su experiencia como profesor privado, consiguió un contrato para el conde Morzin. Se convirtió en maestro de capilla a tiempo completo en un castillo de Bohemia.
Al año de trabajar para Morzin, Haydn aprovechó esa estabilidad económica para casarse. Aprovechamos para comentar su inusual vida personal. A Haydn le gustaba Therese Keller, hija de un peluquero de la ciudad. Sin embargo, al entrar ella en un convento, Haydn decidió casarse con su hermana, Maria Anna Keller. No se entendían muy bien, ya que ella no pudo gestionar bien el éxito del marido, queriendo pasar más tiempo con él. Quizás fruto de estas desavenencias, Haydn buscó apoyo emocional en Luigia Polzelli, quien sería su amante hasta el final de sus días.

El año después de su boda, el conde Morzin sufrió dificultades económicas y se vio obligado a despedir a todos sus músicos. Aunque no lo parezca, esta fue la oportunidad de Haydn. Desde ese año, empezó a trabajar para la familia Esterházy, muy influyente en la sociedad austríaca del siglo XVIII. Allí gozó de mucha tranquilidad y tuvo muchas facilidades económicas y artísticas, que le permitieron desarrollarse ampliamente como músico. Como él mismo dijo en una carta:
“Me hallaba aislado del mundo, nadie en mi proximidad me podía provocar inseguridad ni me podía atormentar, y no tuve más remedio que llegar a ser original”
El final de su vida fue el más interesante tanto personal como musicalmente. Tras la muerte del príncipe en 1790, Haydn fue despedido. Entonces Salomon, un empresario alemán, le ofreció dos giras de conciertos en Londres. Allí, además de recibir el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford, alcanzó una amplia fama y tuvo considerables ingresos.
Haydn pasó sus últimos años en Viena, y fue en su madurez cuando compuso la mayoría de sus obras más interesantes. Algunas de estas fueron sus dos oratorios, el cuarteto del Emperador, o el Concierto para trompeta en Mib y orquesta.
Un concierto para una trompeta especial
Hasta el momento, las trompetas estaban limitadas a la ejecución de la serie armónica. Esto significa que no podían modular, ni usar cromatismos ni utilizar el registro grave. Pero Anton Weidinger, un virtuoso de trompeta en aquella época, estaba dispuesto a cambiar esa situación.
Weidinger trabajó durante años en la construcción de una trompeta de llaves que le permitiera tocar las mismas melodías que los instrumentos de cuerda. Una vez fabricada, colaboró con Haydn en la composición del que sería el primer Concierto para trompeta y orquesta con cromatismos.
Sin duda, esta trompeta ofrecía muchas ventajas sobre sus predecesoras, pero todavía estaba lejos de ser un instrumento perfecto. Parece que tenía problemas de afinación y su sonido perdió potencia, sobre todo en el registro grave. De hecho, 30 años después del estreno del concierto, Felix Mendelssohn añadió estas palabras en una carta desde Roma a su amigo Heinrich Bärmann:
“Todos los trompetistas aquí tocan esas malditas trompetas con llaves, que parecen una hermosa mujer con barba, o un hombre con un seno: ni siquiera tienen todas las notas cromáticas y suenan como una trompeta de castrato, tan débil y antinatural”
Puedes escuchar una versión del concierto tocado con la trompeta de llaves por Markus Würsch, un especialista en instrumentos antiguos.
Cambió la forma de entender la música
Ya hemos visto que Haydn gozó de un enorme reconocimiento en su época. Toda Europa lo consideraba un genio y un gran maestro, lo cual le permitió viajar a Londres al final de su vida. Al morir, la figura de Haydn quedó eclipsada por dos genios posteriores: Mozart y Beethoven. Además, con la recuperación de la historia musical en el siglo XIX, se encontró antes a Bach y a Händel que al pobre Haydn. Eso hizo que se tardara aproximadamente un siglo y medio en hacerle justicia en los ambientes musicales.

Pese a esta separación post-mortem del panorama musical, se le considera el padre de Mozart y Beethoven. Además, creó y consolidó los dos géneros más populares en la música de los siglos posteriores: la sinfonía y el cuarteto de cuerda. Por eso mucha gente, todavía hoy, se refiera a él como el padre de estos dos géneros. En especial, la figura del director permitió mayor desarrollo y, por tanto, popularidad de la música sinfónica sobre la vocal.
“La forma sonata era para Haydn el lenguaje musical mismo, su código, su gramática, su sintaxis y hasta su semántica y su pragmática”
Charles Rosen
Por si esto fuera poco, también consolidó la forma sonata. Esta manera de estructurar movimientos –consistente en Exposición, Desarrollo, Recapitulación y Coda– revolucionó la forma de escuchar la música. Hay que tener en cuenta que en esa época se solía escuchar mucha música nueva, y no era habitual repetir múltiples veces el mismo concierto. En ese contexto, la recapitulación recordaba el tema principal, y hacía su música mucho más pegadiza.
Algunas dificultades técnicas
“De Haydn aprendí cómo adquirir un ritmo de pensamiento vertiginoso, y a condensar en un mínimo de tiempo un máximo de acontecimientos”
Arnold Schönberg
A diferencia de otros estilos –como el barroco o el romanticismo–, el clasicismo es muy sencillo y con poca ornamentación. Este es el motivo por el que las principales habilidades de un músico se evidencian: sonido, afinación, fraseo, articulación y ritmo se pueden observar al detalle.
El concierto de Haydn pasa por casi todo el registro al que se expone un trompetista, y lo hace en una dinámica moderada. Aunque la famosa escala ascendente no es tan importante como pensamos, el desarrollo del primer movimiento está escrito en una tesitura incómoda que permite demostrar al intérprete su dominio del instrumento.
En la cadencia, la intérprete puede exhibir sus puntos más fuertes. En una cadencia ideal, deberían de abordarse los máximos artificios técnicos y musicales, aprovechando así la oportunidad de lucirse. Aunque también es muy común elegir una de las dos cadencias más famosas: la de Maurice André o la de Helmut Wobisch.
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